EN MEDIO DE LA MULTITUD
Los años siguen su curso, todo
cambian mas rápido de lo que esperamos, la tecnología avanza y ciertos
conceptos de los tiempos modernos nos obligan a adecuarnos a nuevas
estructuras.
Pertenecemos a un mundo que crece a niveles poblacionales, esto sucede casi sin
que lo podamos percibir, en algunos países orientales hasta es necesario ganar
terreno a los recursos fluviales, todo para encontrar lugar físico, necesario
para el desarrollo de las personas, y así encontrar lugar para albergar a las
masas.
En los distintos campos en que me he desempeñado, he laborado en distintas empresas, y lo que veo en común entre estas, es que debido a
la necesidad de manejar grandes volúmenes de información, todo esta codificado,
aún las mismas personas.
Un ejemplo claro, es que en dichas corporaciones, la mayoría de las veces,
somos identificados con un código o ID.
Algunos de estos ejemplos podrían ser: para los sectores de recursos humanos
tengo asociado un número de legajo, para el de ingreso a la red informática
usuarios codificados y claves de accesos, para el de telecomunicaciones un
código de salida para poder realizar llamadas locales o internaciones, estos
son solo algunos de los ejemplos, podría así describir muchos otros.
La operatoria me obliga, que para cada una de las actividades que necesito
realizar como individuo, sea necesario tener un número o código asociado.
Por otro lado, pero en el mismo sentido, es muy común que para el manejo
poblacional desde las áreas gubernamentales, también sea necesaria esta
operatoria. Las estadísticas reflejan nuestra realidad personal en tan solo números. Por
ejemplo, en Colombia, y estimo que en otros países será muy parecido,
si lamentablemente alguien tuviera una pérdida de su poder adquisitivo a niveles
mínimos, seguramente ayudará a contribuir en el crecimiento de estadísticas,
que reflejan el índice de pobreza de la nación, o que si fuera que es empleado
o desempleado, ayudará al fortalecimiento de los índices de las tasas de
ocupación laboral.
¿Que quiero graficar con todo esto?, te preguntaras.
Noto que por una necesidad organizacional del ser humano, en muchas
oportunidades y para el manejo de las masas, es necesario reducir nuestra
individualidad a números, perdiendo así nuestro nivel personal, reduciéndonos
tan solo a numerología.
En este tipo de tarea se hace imposible personalizar, creando la
necesidad de limitarnos a ser números, seguramente tiene que ver con una
limitación natural del ser humano.
En contra posición con esto, quiero traer a nuestra memoria lo que sucedió
cuando Jesús se involucro con las multitudes.
La historia narra que un día, Jesús estaba en medio de una multitud, mucha
gente lo seguía y se amontonaba alrededor de El. Entre esa multitud estaba una
mujer que desde hacia doce años tenía una enfermedad que le hacía perder mucha
sangre. Había gastado todo lo que tenía en médicos, pero ninguno había podido
sanarla. Ella se acercó a Jesús por detrás, tocó su manto y enseguida quedó
sana.
Entonces Jesús preguntó a la
gente:
“¿Quién me tocó?”
Pedro le dijo:
“Maestro, ¿no ves que todos se amontonan a tu alrededor y te empujan?”
Pero Jesús volvió a decirles:
“Estoy seguro de que alguien me ha tocado, pues sentí que poder salió de mi”
Cuando la mujer vio que ya no podía esconderse, se arrodilló delante de Jesús.
Luego, frente a todos, contó por qué toco el manto de Jesús y cómo de inmediato
había quedado sana.
Jesús entonces le dijo a la mujer:
“Hija, fuiste sanada porque confiaste en mí. Puedes irte en paz.”
Opuestamente al inicio de esta reflexión, vemos como en medio de la multitud,
Jesús pudo personalizar y ver individualmente a esta mujer enferma, aún en
medio de la muchedumbre. Ella no fue un número más para El, que solo pase a sumar la estadística de sus
seguidores, El pudo ver la necesidad personal, aún en medio de las masas.
Cuando todos lo estaban empujando y apretando, El pudo distinguir que alguien
en particular lo había tocado.
Desde el punto de vista lógico lo que Jesús pregunto suena algo “tonto” o en el
mejor de los casos sin sentido, ¿Cómo se le ocurre preguntar quien me ha tocado
con semejante nivel de amontonamiento humano? Pero El insistió, y volvió a
preguntar: “¿Quién me ha tocado?”
Será que Jesús pudo ver lo que otros no podían ver, la fe de esta mujer
depositada en El, y no solamente pudo ver, sino también sentir, ya que poder
salió de El.
No conozco tu actual situación, tampoco las vivencias que hoy estas
atravesando, pero me atrevo a decir con total convicción que este es un tiempo
de oportunidad. Tiempo en el cual Jesús puede y quiere verte en medio de la
multitud, porque esta deseando tu sanidad en lo que respecta a todas las áreas
de tu vida.
Quizás te sientas identificado con esta mujer, por haber gastado todo lo que
tenías, en la búsqueda por diferentes lugares, pero aún así no poder encontrar
solución a tu carencia.
No creo que el manto haya tenido ningún poder mágico, fue tan solo la fe
depositada en el tiempo, y en la persona correcta.
Este es tu tiempo oportuno de acercarte con fe, para hallar la respuesta a las
carencias que te oprimen. Sucede que a veces la simplicidad de relacionarse con
un Dios de amor sea tan accesible que dudemos que lo único que necesitamos para
el encuentro sea fe, pero es el único requisito, ya que sin ella es imposible
agradar a Dios.
Escribo por necesidad personal, para poder extender lo que creo es el mensaje
que da vida, un mensaje que Jesús pidió que extendiéramos por todo el mundo,
para que hoy puedas encontrar el oportuno socorro que necesitas.
Todavía estas a tiempo de tomar la decisión más importante que te puedas
imaginar, una decisión simple, pero con repercusiones que exceden lo terrenal,
conocer de manera personal a Jesús.
Un Jesús que te esta buscando en medio de la multitud.
0 comentarios:
Publicar un comentario