NOVIAZGO CRISTIANO
El noviazgo como se practica en
la actualidad es realmente una invención humana. En la Palabra de Dios no se
menciona la palabra “noviazgo”, ni hay alguna referencia a una relación entre
hombre y mujer o dinámica similar al noviazgo tal como se entiende ahora.
Las palabras “Novia” y “Novio”
aparecen en el Antiguo Testamento para referirse a quienes contraen nupcias en
una boda. En el libro de Cantares se usa la palabra “amiga”, pero no es una
“girlfriend” como se conoce ahora, sino que se refiere a la esposa.
¿De dónde viene el concepto de
noviazgo como se usa en la actualidad? La idea del noviazgo en el mundo surge
de la preocupación de “conocer bien” a la pareja antes de tomar la decisión de
casarse. Dado que el matrimonio es “para siempre” y el divorcio “una calamidad”,
surge entonces la necesidad de dar pasos “seguros” y establecer un periodo de
“conocimiento mutuo” para evitar equivocarse en la elección del futuro cónyuge.
El “noviazgo cristiano”, si es
que se le puede llamar de esa manera, tiene como propósito conocer la voluntad
de Dios con respecto a la futura unión definitiva de la pareja. Más que buscar
“conocer a profundidad a la otra persona” (lo cual, dicho sea de paso, nunca
sucede ni siquiera después de muchos años de matrimonio), el novio cristiano y
la novia cristiana deben estar atentos a la voz de Dios en todo momento durante
su relación de pareja.
Deben orar continuamente y buscar
la voluntad de Dios y estar conscientes de que una relación de pareja que no
toma en cuenta a Dios está destinada al fracaso. Cuando ambos caminan en la
voluntad de Dios durante su noviazgo, no es necesario que se lleguen a “conocer
completamente y a profundidad”, como en el noviazgo del mundo, sino que se
camina en fe y esperanza hacia el matrimonio, con la confianza de que Dios
respaldará y bendecirá su relación.¿Cómo conocer la voluntad de Dios en el
“noviazgo cristiano”? De entrada hay que mencionar que un yugo desigual no es
la voluntad de Dios. Esto es, si tu novia o novio no son cristianos te puedo
asegurar que Dios no ve con agrado esa relación. Si quieres bendición en tu
noviazgo y después en tu matrimonio busca tu pareja en el pueblo de Dios.
Claro que tu novio o novia
inconversos pueden ser evangelizados a través de tí, pero tendrás el problema
de asegurarte de que esa conversión sea sincera y que no lo hace por el interés
personal de mantener viva su relación. Abundan los casos en que el novio o la
novia inconversos aceptan a Jesús como un “requisito” para unirse en
matrimonio, pero una vez que obtuvieron el objetivo de casarse jamás vuelven a
pisar la iglesia.
De cualquier modo, aún cuando sea
sincera su conversión, requerirás de mucha oración, ayuno y paciencia para que
tu recién convertida pareja cambie paulatinamente sus costumbres y tradiciones
heredadas del mundo, con el consecuente dolor que durante el proceso producirá
en tí y seguramente también en el desarrollo emocional de tus hijos. De nuevo,
si deseas plena bendición, busca que tu pareja sea cristiana.
Otro aspecto importante para
conocer la voluntad de Dios en el “noviazgo cristiano” es el grado de paz que
tú sientes en la relación. Pregúntate ¿tengo paz con mi novia(o)? ¿tengo alguna
preocupación respecto al futuro de mi relación? ¿Existe algo que me perturba
especialmente en ciertos momentos de mi relación? Si no sientes paz en tu
relación seguramente Dios te está diciendo que no es su voluntad que continúe
ese noviazgo. No hay paz en una pareja que
tiene discusiones frecuentes, arrebatos emocionales, escenas de celos para
“probar la relación”, o altibajos continuos. Si tu relación sufre de estos
conflictos, en verdad te digo que es mejor estar solo(a) (Proverbios 21:19).
Salomón le llama “amiga” y “compañera” a su amada esposa en el libro de
Cantares, lo cual nos da una clave importante: los noviazgos con paz
generalmente son aquellos cuyo primer acercamiento fue una relación de amistad
y compañerismo.
Si no hay amistad previa a la
relación de noviazgo se corre el riesgo de tener una relación basada en un
sentimiento de atracción superficial, basado puramente en el deseo físico o
basado en fantasías que responden a necesidades o deficiencias (o hasta
frustraciones)personales a un nivel meramente emocional. Las mujeres que
descalifican a sus amigos como posibles novios están desperdiciando oportunidades
valiosas de tener una relación de pareja armoniosa y, sobre todo, con paz.
Aunque usted no lo crea, otro
aspecto importante a considerar es la aprobación de los padres. Los padres han
sido puestos por Dios como autoridad sobre los hijos mientras éstos no están
casados, y son las personas más indicadas para dar una opinión al respecto. Los
padres tienen experiencia en la vida y siempre buscarán lo mejor para sus
hijos. La Biblia dice “¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan,
le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente?” (Mateo
7:9,10)Cuando la opinión de tus padres sea contraria a la tuya, seguramente el
Enemigo te dirá al oido “no los oigas, ellos qué saben!”, ¡pero cuidado!,
controla tu propio orgullo, no des cabida al diablo en tu mente, y no
desprecies el consejo de tus padres (Proverbios 1:8); pon mucha atención a lo
que ellos digan, pues allí hay dirección amorosa y respuestas sinceras a tus
interrogantes sobre si es voluntad de Dios mantener tu noviazgo.
¿Hay bendición en tu relación de
noviazgo? ¿Hay provisión material y espiritual? ¿Dan pasos hacia adelante como
pareja en el camino de Dios, o van para atrás? ¿Hay un crecimiento espiritual
en su andar juntos? ¿Su relación los lleva a obedecer más a Dios, a acercarse
más a Él o hay presiones de una de las partes para desobedecerle y alejarse?
Estos son buenos indicadores para saber la voluntad de Dios en tu noviazgo.
Finalmente, el “noviazgo
cristiano” mira el corazón de la otra persona, no los aspectos superficiales.
Pregúntate qué es lo que te atrae de tu pareja: ¿su aspecto físico, su posición
social o amistades, su estilo de vida, su ministerio, su fama, su dinero?,
ciertamente éstas son cosas superficiales y temporales, que tarde o temprano se
acabarán. Busca las cosas que perduran y que resisten el paso del tiempo,
fíjate antes que nada que tu pareja ame a Dios con todas sus fuerzas y que
honre a sus padres, pues su amor a Dios y a sus padres seguramente se reflejará
en un amor sincero y fiel hacia tí.
Tu también ama a Dios sobre todas
las cosas, así Él bendecirá tu relación de noviazgo y ambos tendrán las
prioridades correctas. Un apóstol decía frecuentemente: “No sacrifiques
obediencia por comunión”, que aplicado al noviazgo sería: “no sacrifiques la
obediencia a la Palabra de Dios por tener una mejor comunión con tu pareja”.
Por ejemplo, si dejaras de ir a
la iglesia porque tu novia quiere que pasen “más tiempo juntos”, entonces
estarías sacrificando la obediencia por la comunión, y te aseguro que esa
situación no traerá bendición a tu vida, ni salud a tu relación de pareja. Si
amas a tu novia(o) más que a Dios, entonces ten por seguro que tarde o temprano
perderás a la persona que tanto amas. Pero si ambos aman a Dios, entonces
podrán caminar juntos, porque las prioridades serán las correctas en sus vidas
y podrán tener una verdadera comunión de pareja. Observa antes que nada dónde
está el corazón de tu pareja, pues te dará un buen indicio de la voluntad de
Dios.
Todos estos aspectos los podemos
ver en la historia de Isaac y Rebeca (Génesis 24), aunque claro la Biblia nos
muestra en ese relato un caso extremo, pero muy revelador. Ninguno de los dos
se conocían antes de unirse, pero para ellos lo importante era la voluntad de
Dios. Rebeca fue dócil y obedeció la voz del Señor, y accedió a dejar a su
familia y el mundo que le rodeaba para ir con el mensajero de Abraham, quien
antes de ver la belleza física de la muchacha tomó en cuenta su buen corazón,
pues ella no solamente le dio de beber a él, sino a todos sus camellos sin que
él se lo pidiera.
Ambos eran de la misma parentela
(del mismo pueblo de Dios) y ambas familias estuvieron de acuerdo en esa unión.
Hubo bendición material y espiritual en todo tiempo. Cuando Isaac vio a Rebeca
y la llevó a la tienda de su madre, dice la Biblia que “la amó”, esto es que se
enamoró de ella. En estos tiempos parecería una locura: ¿Cómo fue que se
enamoró de ella sin conocerla? Ah! Dios es sabio y conoce todas las cosas y
puso amor en ellos.Así que no temas, Él nunca te dará una pareja que no ames,
Él conoce tus preferencias y anhelos mejor que tú, Él siempre te dará lo mejor
para tí y cubrirá, inclusive, todos los demás aspectos de atracción física y
afinidad. Si buscas al Señor y su voluntad en tu relación de noviazgo, Él te mostrará
el camino, solamente debes estar atento a su voz.
Con todo esto no quiero decir que
un “noviazgo cristiano” es aquel que carece de problemas, y que todo es
perfecto y de color de rosa, mucho menos cuando se llega al matrimonio. Pero si
los dos ponen en primer lugar a Dios y buscan su voluntad, ustedes mismos
sabrán qué hacer con respecto a su noviazgo y tomarán la mejor decisión para
sus vidas. Recuerda, tu decisión para casarte con tu novia(o) no debe depender
de cuánto conoces a tu pareja, sino cuánto conoces de la voluntad de Dios sobre
tu relación de noviazgo.
Así podrás ir hacia el matrimonio
con confianza, seguridad, sin incertidumbres ni temores, y podrás ver la
bendición en tu hogar, en tus hijos y en todo lo que Dios te permita vivir en
el futuro
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