VALORES CORRECTOS
LO QUE DICE LA PALABRA DE DIOS.
3ª JUAN 1:2: “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.
Dentro de muy poco días habrá terminado el año 2012 y entramos al año 2013, y muchas son las emociones y los pensamientos que experimentamos. Por lo tanto son días claves de reflexión, de autoevaluación, para ver lo que pasó, dónde nos equivocamos, qué tenemos de corregir y así prepararnos para lo que queremos que suceda en este nuevo año que comienza. Y debido a estos han venido estos devocionales de estos días, son días de buscar a Dios, de buscar Su dirección y que nos hable sobre las actitudes en nuestra vida que impidieron que el año 2012 disfrutáramos de la bendición completa del Altísimo. Y en anteriores devocionales hemos venido reflexionando en la Palabra de Dios cuáles han sido esas actitudes que nos han robado nuestras bendiciones y así rompamos todo yugo y entremos a un año 2013 en bendición: (1) El pecado, (2) La falta de oración, (3) La idolatría, (4) Porque la Palabra de Dios no ha sido implantada en nuestras vidas, (5) Por Rechazar la Palabra de Dios, (6) Por no andar en el camino correcto, y (7) Por robarle a Dios. #8. POR TENER VALORES INCORRECTOS: Lucas 6:38 (NBLH): “Den, y les será dado; medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en sus regazos. Porque con la medida con que midan, se les volverá a medir”. Y este un versículo que le gusta a todos los cristianos; porque todos tenemos un anhelo de tener, un anhelo de disfrutar. Pero este versículo 38 de Lucas 6 tiene una condición, que es el v.37: “No juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen, y serán perdonados”. La BENDICIÓN viene cuando te pones en el lugar correcto, con la actitud correcta y el momento correcto. Y lamentablemente hay creyentes que tienen una lengua ¡Tremendo! Viven juzgando y juzgando, y entre más juzgamos más para atrás y para atrás. Un filósofo griego pidió a su sirviente que le cocinara el mejor plato posible. El sirviente, que era muy sabio, preparó un plato de lengua diciendo: “Es el mejor plato de todos, porque nos recuerda que podemos usar la lengua para bendecir y expresar felicidad, disipar la tristeza, eliminar la desesperación y propagar aliento”. Posteriormente, al sirviente le pidieron que cocinara el peor plato posible. Y otra vez preparó un plato de lengua diciendo: “Es el peor de los platos porque nos recuerda que podemos usar la lengua para maldecir y romper corazones, destruir reputaciones, crear contiendas y poner a las familias y las naciones en guerra”. No tenemos que comer lengua para entender lo que quiso decir el sirviente. Pero es posible que tengamos que comernos nuestras palabras con bastante frecuencia antes de aprender a evitar decir cosas de las que no nos gustaría retractarnos. Si quieres que tu lengua edifique a las personas y no las derribe, pídele a Dios que te haga sabio, porque SABIDURÍA es saber cuándo decir lo que piensas y cuándo pensar lo que dices. “No juzguen, y no serán juzgados; no condenen, y no serán condenados; perdonen, y serán perdonados” (v.37), y ahora sí el v.38: “Den, y les será dado; medida buena, apretada, remecida y rebosante, vaciarán en sus regazos. Porque con la medida con que midan, se les volverá a medir”. El v.37 es la condición para alcanzar las bendiciones del Señor. Hay cristianos que no perdonan; y cuando no perdonas, Dios no te puede perdonar, ni bendecir. Lee Mateo 6:14,15. Muchos están atados, sus bendiciones están retenidas por falta de perdón. Y Dios no te puede bendecir, porque Su Palabra es clara: “sí no perdonas, Él tampoco te puede perdonar”. Mientras tú guardes amarguras y resentimientos, mientras guardes en tu vida y en tu corazón recuerdos de los días que te hicieron mal no vas a ver la bendición de Dios. ¡Olvídate! Todo lo que Dios nos pide, nos lo piden para que nos vaya bien en esta vida, para que abundemos en esta vida. #9. ANDAR QUEJÁNDOSE: Juan 6:43 (NVI): “Dejen de murmurar --replicó Jesús”. Murmuración es un comentario con queja. Andar quejándose es un pecado. Es una forma de conversación perversa que les roba las bendiciones a muchos creyentes. Las palabras tienen poder, y las palabras de murmuración contienen un poder destructivo. Destruyen la alegría del refunfuñador y quejumbroso, y también afectan a quienes tienen que escucharlos. Murmurar y lamentarse contamina nuestras vidas y probablemente es como maldecir a Dios. Ante los ojos de Dios la murmuración y la queja es corrupción verbal. Quejarse es llamar al diablo. Y te digo algo cuando nos quejamos de nuestra situación actual permaneceremos en ella. Pero cuando alabamos a Dios en medio de la dificultad, Él no saca de ella. La mejor manera de comenzar cada día es con gratitud y acción de gracias. El creyente agradecido no es quejumbroso. Porque está tan ocupado agradeciendo las cosas buenas que no tiene tiempo para notar las malas por las cuales podría quejarse. La alabanza y la acción de gracias son buenas y atraen las bendiciones; la murmuración y la quejabanza son malas, y bloquean que las bendiciones lleguen. El espíritu quejumbroso, criticón y juzgador debe ser absolutamente erradicado de la vida de un creyente, porque roba tu bendición y trae destrucción. Una vida llena de acción de gracias es una vida llena de poder. Así que reflexiona y examínate cómo está tu vida espiritual en cuanto a estas nueve actitudes que hasta aquí hemos visto, no entres en el 2013 sin renunciar a ellas. Yo oro que seas prosperado en todo, y que tengas salud, así como prosperas espiritualmente. EN EL AÑO DE GOBIERNO, viviendo con la Bendición de Dios. BENDECIDO/A ERES POR SIEMPRE CON TODA CLASE DE BENDICIONES.
DECRETO DE FE: “EN ESTE DÍA DECLARO Y DECRETO EN EL NOMBRE PODEROSO DE JESÚS QUE CAMINO CON LOS VALORES CORRECTO SIENDO AGRADECIDO CON DIOS”.
ORACIÓN: “Padre celestial, en este día renuncio a toda palabra de juicio y critica contra otras personas, mi lengua será lengua para bendecir y no para maldecir. Renuncio también en este día a la falta de perdón, y decido perdonar a todos los que me han ofendido. Nunca más por mi boca saldrá la queja, la murmuración, sino que soy agradecido contigo. En el Nombre Poderoso de Jesús, Amén”.
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